A la hora de definir los objetivos e indicadores de rendimiento clave (KPI, por su sigla en inglés) para cualquier negocio o situación de la vida personal, tenemos que asegurarnos de estar creando objetivos que realmente importen. Los objetivos, las metas y los KPI son herramientas. Tienen un uso determinado. Como cualquier otra herramienta, se deben diseñar y utilizar con determinada intención. Por eso, una práctica recomendada para definir objetivos y KPI es utilizar los criterios SMART (inteligentes).
En este artículo, definiremos los criterios SMART con ejemplos familiares y brindaremos algunas pautas recomendadas para crear objetivos SMART.
¿Qué son los objetivos SMART?
Los objetivos SMART son los que establecen metas y KPI de una manera precisa y fácil de comunicar. Fue el autor George T. Doran quien, en 1981, describió por primera vez por escrito la sigla SMART (del inglés, inteligente) que, luego, pasó a explicar el profesor Robert S. Ruben. Significa lo siguiente:
- S: específico
- M: medible
- A: alcanzable
- R: realista
- T: oportuno
De acuerdo con la teoría SMART, tener objetivos claros, alcanzables y estratégicos es la manera más efectiva de crear métricas e hitos concretos. En lugar de algo general, como “aumentar las ventas”, se puede considerar un objetivo más SMART, como “aumentar un 4 % las ventas interanuales de suscripciones prémium de febrero en California”.
Los objetivos SMART son los pasos individuales de una estrategia bien pensada destinada a alcanzar metas más amplias.
Si el propósito final fuera correr una maratón o escalar una montaña, los objetivos SMART serían los marcadores intermedios que nos permiten saber dónde estamos y si vamos por el camino correcto. No se trata solo de llegar a la meta, sino de analizar qué pasos hay que seguir para hacerlo. Los objetivos SMART utilizan KPI SMART como medidas observables, con un principio y un final.
Específico
El primer paso para alcanzar los objetivos y cumplir las expectativas es tener en claro cuáles son. Cuando los objetivos son demasiado amplios o vagos, se pierden de vista con facilidad. Si la definición es demasiado abarcadora, se vuelven más difíciles de medir y, por ende, de alcanzar. La imprecisión da lugar a errores y malos entendidos. Sería como escalar una montaña sin conocer la longitud del camino, la cantidad de tiempo que debería llevar, las condiciones ambientales o incluso qué ropa es la adecuada para hacerlo. Cuando los objetivos son específicos, se puede ver el camino de inicio a fin. Los KPI específicos complementan la definición del camino con referencias. De ese modo, se garantiza que todos sepan exactamente dónde se encuentran.
A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
- ¿Cuáles son los pasos concretos de nuestro plan?
- ¿A quién necesitamos para lograrlo?
- ¿Dónde se llevarán a cabo las acciones necesarias?
- ¿Por qué la estrategia es valiosa a largo plazo?
- ¿Cómo damos prioridad a este objetivo frente a otros?
Ejemplo de un objetivo SMART específico: Si Superman está tratando de “salvar el mundo”, tendrá que ser más específico. Para ello, tiene que limitar el objetivo a “detener el plan de Lex Luthor”. Como resultado, Superman se concentra mejor en sus objetivos y puede priorizar detener a un supervillano sobre salvar al picamaderos picomarfil de la extinción.
Medible
Si no podemos medir algo, no podemos saber si estamos teniendo un buen rendimiento o si nos hemos alejado del camino correcto. Además de ser específicos, tenemos que poder cuantificar los datos o indicar dónde estamos progresando hacia el objetivo deseado. Si se establecen criterios y objetivos medibles, todas las partes involucradas pueden evaluar su rendimiento y determinar si se encuentran en el camino correcto.
A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
- ¿Qué datos necesitamos?
- ¿Dónde estarán almacenados nuestros datos y cómo accederemos a ellos?
- ¿Nuestros datos son confiables y se pueden verificar?
- ¿Cuáles serían hitos razonables?
- ¿Cuánto es suficiente y cuánto no lo es?
- ¿Cómo sabremos si alcanzamos nuestro objetivo?
Ejemplo de un objetivo SMART medible: Si el objetivo es escalar una montaña en un día, es necesario investigar un poco, planear cuántos kilómetros caminar por hora y llevar un seguimiento del progreso. Luego, tendríamos que medir la distancia y el tiempo de acuerdo con el objetivo. Este es un plan mucho más inteligente que mirar hacia la cima en la tarde y comenzar a caminar deseando llegar antes de que se ponga el sol.
Alcanzable
Es importante considerar el objetivo final y planear metas que resulten realistas de acuerdo con nuestras capacidades. Por otro lado, no hay que dejarse llevar y establecer metas inalcanzables o disparatadas como motivación, ya que estaríamos persiguiendo un objetivo que está fuera de nuestro alcance. Es importante que tanto usted como todas las partes interesadas se sientan motivados por la satisfacción de los logros y el progreso real. A la hora de establecer objetivos, es necesario ser ambicioso y buscar el éxito, pero también conocer los límites internos y externos. Los logros deben ser sostenibles.
A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
- ¿Cuáles son los pasos necesarios para alcanzar este objetivo?
- ¿Cuánto control directo tenemos sobre el logro de este objetivo?
- ¿El objetivo es realista si se compara con el rendimiento previo?
- ¿Cuáles son los precedentes?
- ¿Por qué pensamos que es alcanzable?
- ¿Qué factores externos (e internos) podrían evitar que lográramos el objetivo?
Ejemplo de un objetivo SMART alcanzable: Los perros de búsqueda y rescate tienen el objetivo único de encontrar sobrevivientes de catástrofes, como terremotos y ataques terroristas. A fin de mantener a los perros motivados en áreas de desastres especialmente complicadas, las personas que los controlan, a veces, esconden “falsos” sobrevivientes para que los perros puedan rescatarlos y se sientan animados a continuar con su trabajo. La gratificación del logro ayuda a impulsar y mantener el comportamiento que dio lugar a alcanzarlo.
Realista (y relevante)
Como sucede con los criterios que constituyen la característica alcanzable, los objetivos también tienen que ser realistas y relevantes. Establecer objetivos que estén fuera del alcance del equipo no hará que sus miembros se esfuercen más para lograrlos. Al mismo tiempo, fijar objetivos demasiado fáciles de alcanzar no mejorará el rendimiento del equipo.
También es importante asegurarse de que los objetivos sean relevantes para alcanzar las metas y los objetivos de negocios a largo plazo. Los KPI deben medir los objetivos de negocios mediante estrategias a corto y a largo plazo. Además, una buena práctica es ajustar los criterios con el paso del tiempo. Los indicadores que son efectivos ahora tal vez no lo sean más adelante. Por eso, es importante poder identificar cuándo un negocio necesita cambiar. Tenga siempre presentes los objetivos a largo plazo, pero no tema ajustar las tácticas a corto plazo que sirven para lograrlos.
A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
- ¿Por qué es este el momento adecuado para fijar ese objetivo?
- ¿Por qué no se fijó en el pasado?
- ¿Quiénes son las personas adecuadas para lograrlo?
- ¿Cómo ayudará este objetivo a avanzar hacia la consecución de la estrategia a largo plazo?
- ¿Cuál es el retorno de la inversión (ROI) anticipado?
- ¿Qué pasaría si no lo lográramos?
Ejemplo de un objetivo SMART realista: Si la meta final es escalar el monte Everest, pero nunca escaló una montaña completa, no sería realista comenzar directamente por el Everest. De acuerdo con los criterios antes mencionados, en primer lugar, debería preguntarse por qué intenta escalar el Everest, si es la persona adecuada para hacerlo y qué pasaría si no llegara a la cima. Si decide continuar, debería planear una rutina de entrenamiento realista para esta proeza.
Oportuno
La última característica de los objetivos SMART a menudo se pasa por alto. Sin embargo, es sumamente importante establecer un marco temporal. Un objetivo oportuno puede tener un punto de inicio y un fin, o bien un conjunto de hitos o parámetros temporales. Se puede establecer un plazo para la consecución de ciertos logros a fin de seguir por el camino correcto. También es posible llevar un seguimiento de las métricas en un período determinado, por ejemplo diario, mensual o trimestral. En cualquier caso, planee con anticipación para asegurarse de que los KPI puedan medirse con el paso del tiempo y así garantizar el logro oportuno de los objetivos.
A la hora de crear un objetivo SMART, intente responder preguntas como las siguientes:
- ¿Es el objetivo alcanzable dentro del plazo establecido?
- ¿Cuál es el período más largo o corto posible para alcanzar este objetivo?
- ¿Qué obstáculos potenciales o factores relacionados con el tiempo podrían demorar el progreso?
- ¿Qué logramos en períodos similares en el pasado?
- ¿Cuándo y cómo comprobaremos el progreso?
- ¿Qué hacemos si nos damos cuenta de que no vamos por el camino correcto en la mitad del período?
- ¿Hay momentos en que el progreso podría acelerarse o desacelerarse naturalmente?
Ejemplo de un objetivo SMART oportuno: Un ejemplo simple relacionado con la salud puede ser la resolución de Año Nuevo preferida de todos: “Iré más al gimnasio”. Un objetivo de salud SMART podría incluir la definición exacta de la frecuencia y la duración de las visitas al gimnasio. En lugar de fijar un objetivo muy general, podría decidir ir al gimnasio tres veces por semana, una hora cada vez, en el próximo mes. O, si quisiera bajar de peso, podría establecer un objetivo de salud con un tiempo específico, como el siguiente: “Perderé 5 kilos en los próximos tres meses”. Luego, podría fijar hitos intermedios cada dos semanas para asegurarse de que está yendo por el camino correcto. Por supuesto, se utilizarán los demás criterios SMART para determinar otros detalles sobre cómo se logrará el objetivo.
Prácticas recomendadas: Cómo escribir los propios objetivos SMART
Cuando reunimos los cinco criterios SMART, obtenemos objetivos convincentes y directos. Pero aún hay más. Ahora que cuenta con una definición concreta de SMART, veremos algunas prácticas recomendadas para tener en cuenta a la hora de establecer sus propios objetivos.
1. Cree objetivos que reflejen sus necesidades únicas
La efectividad de los objetivos SMART depende de la eficacia de los KPI establecidos. No todas las empresas tienen las mismas necesidades, incluso dentro del mismo sector. Si elige KPI que no reflejan los objetivos de negocios de la empresa, solo porque alguien más los usa o los recomienda una publicación de Internet, puede estar alejándose del camino correcto. Si bien podríamos profundizar en ciertas métricas que hay que evitar, siempre es importante considerar atentamente qué tiene más sentido en función de las necesidades personales y del negocio.
2. Utilice los criterios SMART para garantizar la comunicación y la transparencia
Como sucede con cualquier tipo de comunicación, contar con información clara ayuda a los equipos y líderes a actuar de la mejor manera. Los criterios SMART tienen el propósito de ayudar a brindar una forma de comunicar exactamente dónde nos encontramos y si vamos o no por el camino correcto. Cuando todos los miembros de la empresa entienden los objetivos y criterios necesarios para alcanzarlos, pueden trabajar juntos para alcanzar el éxito.
3. Planee atentamente la mejor ruta y compruebe el avance durante el camino
Es recomendable planear el orden de las operaciones y los logros que lo ayudarán a alcanzar los objetivos a largo plazo. Debido a que el concepto SMART hace hincapié en objetivos específicos y pequeños, lo más probable es que tenga más de uno. Algunos serán simultáneos, mientras que otros dependerán del éxito de los demás.
Utilice los datos históricos con el propósito de anticipar problemas que puedan surgir y hacer planes para los hitos del camino a fin de ajustar los KPI. Si tiene un objetivo que se debe completar en el plazo de un año, puede planear comprobarlo cada trimestre. Al igual que los GPS, los puntos intermedios pueden ayudarlo a saber si está en el camino correcto.
4. Recuerde que el concepto SMART no solo aplica a los objetivos de equipos o grandes empresas
Es un conjunto de criterios que se consideran sumamente útiles para fijar métricas y objetivos de negocios, y hacer un seguimiento de ellos. Pero también resultan de utilidad en el ámbito personal. Por eso, no dude en usar los criterios SMART tanto a nivel individual como de equipo. Cuando los empleados pueden llevar un seguimiento de su rendimiento con objetivos y métricas efectivos, pueden ver mejor cómo su desempeño afectará directamente el rendimiento de la organización a nivel global.
También puede utilizar el concepto SMART fuera del contexto de los negocios. No hay nada que le impida aplicar estos conocimientos a resoluciones de Año Nuevo, objetivos de salud, búsqueda de empleo, proyectos de mejoras en el hogar o cualquier otra área.
5. Comprenda que el concepto SMART solo funciona si la estrategia a largo plazo es efectiva
También es importante reconocer que el concepto SMART tiene dos defectos identificados.
En primer lugar, divide una estrategia más amplia en pequeñas partes digeribles y alcanzables. Si la estrategia o visión general es defectuosa, el concepto SMART solo lo ayudará a alcanzar los objetivos que determine esa estrategia deficiente.
En segundo lugar, SMART es un método de establecer un objetivo, no una manera de analizar el éxito o el fracaso. A la hora de establecer objetivos, asegúrese de incluir tiempo para optimizar el proceso de establecimiento de objetivos. Incluya para ello etapas de comprensión y evaluación. Siempre busque maneras de diseñar los próximos objetivos SMART mejor que los anteriores. Cuando los evalúe, piense qué obstáculos surgieron, qué preguntas debería haber hecho, a qué personas debería haber involucrado y demás. A fin de cuentas, el concepto SMART no es más que un conjunto de criterios y consideraciones; de nosotros depende analizar los métodos para establecer objetivos cada vez más eficaces.